A continuacion, el pensamiento del diario la conciencia.

 

 

 Sin duda alguna, el mundo en el que vivimos Estados Unidos ha desempeñado un rol fundamental. Ha sido partícipe en todos los acontecimientos de importancia a lo largo de los dos últimos siglos, guerras, avances tecnológicos, escándalos, etc; y probablemente este siglo no será la excepción a esta regla. Estados Unidos se encaramó en la cima del mundo desde la caída de la URSS, evento que lo dejó con la vía libre para dominar el escenario político-económico mundial. He ahí uno de los grandes dilemas de nuestra época. A lo largo de la historia se ha visto, en la gran mayoría de las veces, dos poderes luchando por la dominancia mundial, cuando uno de estos poderes cede el otro se hace con la hegemonía de lo que está en juego. El país del norte ha escalado posiciones hasta encumbrarse en la cúspide del escenario mundial, y, en estos momentos, nada ni nadie le hace un contrapeso de fuerza. Es el tan importante equilibrio el que hace falta en estos momentos en el mundo, y con Europa disminuida por sus propios problemas o siempre de acuerdo con la política

 

 

 

 

 

 

estadounidense y con América y África ubicados en la esfera tercermundista sólo Asia puede hacerle un pequeño contrapeso al gigante del norte; pero ¿Este poder creciente asiático es suficiente para impedir que Estados Unidos domine el escenario mundial? No. Es la opinión del personal de nuestro diario que aún le falta un nivel de desarrollo superior para poder hacerlo, aunque en un futuro no parece como una idea tan descabellada. La interrogante que nos preocupa en estos momentos es sobre qué será del mundo cuando eso pase: ¿Viviremos una segunda Guerra Fría? ¿Podrán vivir estos dos gigantes en armonía? ¿Quién o qué ente será capaz de salvaguardar bajo su manto a la esfera tercermundista en la que está inmersa gran parte del mundo? Es importante encontrar respuestas para estas interrogantes y prepararnos para cuando se presente aquel escenario.

 

 Para finalizar, quiero hacer hincapié en la importancia de que haya un asociación, que vele por la seguridad del mundo. Muchos se preguntarán cuando lean esto ¿y el papel de la ONU? Entonces, luego de pensar un poco, se darán cuenta de que la ONU nunca ha sido un ente efectivo para fiscalizar el afán imperialista de Estados Unidos, si no lo creen, sólo recordemos la invasión Irak. ¡Si incluso hasta el Papa intercedió para que no se iniciara la invasión! Pero el gobierno de Buhs, el mismo gobierno que tiene como lema la manoseada frase que dice “In God We Trust” (En Dios Confiamos) hizo caso omiso a esta súplica. Por eso, es imperante darle un mayor poder resolutivo y fiscalizador a la ONU o la creación de un ente que sea capaz de crear un equilibrio en el alocado mundo político que reina hoy en día. ¿O acaso queremos vivir una segunda Guerra Fría?

 

A través de la historia, siempre se ha presenciado cómo aquellos países con mayor poder político dentro de una región subyuga, inevitablemente, a gran parte de aquellos países cercanos; pero en el caso de Estados Unidos con respecto a Latinoamérica este evento es sorprendente: El país del norte ha influenciado en el desarrollo de todos los países latinoamericanos y, más alarmante aún, casi ningún país u organización se ha opuesto a esta influencia histórica (sólo la URSS, y en la actualidad algunos gobiernos como el de Hugo Chávez o rebeldes mexicanos, por ejemplo). Si tomamos en cuenta esto, es ineludible pensar en que la realidad que vivimos hoy como latinoamericanos es resultado inherente al imperialismo del que ha sido víctima Latinoamérica a lo largo de los siglos, y aquí tenemos que destacar que no solamente hemos sido víctimas del imperialismo de Estados Unidos, sino también del Europeo, aunque éste último se ha visto disminuido en forma casi total a lo largo del último siglo. Estados Unidos no se ha expandido sólo territorialmente, sino que ha establecido un yugo cultural muy fuerte, especialmente en los países de Centroamérica, y que para sus fines se ha basado también en su influencia económica y política; es este yugo cultural el predominante hoy en día, atrás quedaron las colonias y las invasiones, hoy vemos cómo Estados Unidos a través de nuevos métodos controla el destino de nuestra región. ¿Es válido lo que hace Estados Unidos? La respuesta de esa pregunta no tiene ninguna utilidad práctica para cambiar nuestra realidad como región. ¿Tenemos el derecho de sentirnos encolerizados por el yugo al que estamos sometidos? Ésa es la primera pregunta que debemos hacernos, ya que, al estar

 

 

 indignados con nuestra situación, con el yugo cultural del que somos víctimas estamos dando el primer paso para liberarnos de éste. Y, personalmente, creo que sí, tenemos el derecho. ¡Qué diablos! Si, después de todo, no hemos sido totalmente independientes, siempre sometidos, España, la URSS, Estados Unidos ¡Quién sabe quién continuará!. Podemos decir con seguridad que la dominación política, económica y cultural del país del norte es un problema que se ha extendido a lo largo de siglos y que ha tenido fuertes repercusiones en la realidad actual de nuestra región. La transferencia masiva de las riquezas al gobierno imperialista del norte y a aquellos pocos oligarcas del sur es directamente proporcional con la decadencia de la vida en nuestra región. Sin embargo, este fenómeno ha despertado la conciencia de América, ya que hay una creciente resistencia popular, movimientos anti-imperialistas basados en gobiernos socialista, se empieza a vislumbrar una pequeña luz. Si Estados Unidos domina el mundo hoy, la creciente resistencia cuestiona el imperio de mañana.