Imperialismo De E.E.U.U.
  Cronicas:
 
INFLUENCIA ESTADOUNIDENSE EN EL GOLPE MILITAR DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973
 
La toma del poder por Pinochet el 11 de septiembre de 1973 fue el producto de una prolongada campaña de los E.E.U.U., de manipulación política y desestabilización en Chile. En 1964 la administración de Johnson invirtió diez s millones de dólares en una campaña secreta para asegurar la elección del demócrata cristiano, Eduardo Frei, como presidente contra el candidato del Partido Socialista, Salvador Allende.
En 1970, con Frei inelegible para sucederse a sí mismo y Allende el favorito para ganar las siguientes elecciones, Chile se convirtió en un problema para la administración de Nixon. El super-secreto 'Comité 40', una organización de alto nivel presidida por Henry Kissinger, junto con representantes del Departamento del Estado, de la CIA y del Pentágono, decidió que una intervención electoral masiva probablemente provocaría una fuerte reacción. El Embajador de los E.E.U.U., Edward Korry, recomendó una urgente operación secreta de la CIA para preparar un preventivo golpe de estado militar.
Kissinger declaró, "no veo porqué tenemos que mantenernos al márgen y observar a un país convertirse en comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo." Pero él y el director de la CIA, Helms, bloquearon el propuesto golpe por considerarlo irrealizable antes de las elecciones. Más tiempo era necesario, razonaron.
Allende ganó las elecciones sobre la base de un programa reformista, pero su victoria precipitó un movimiento masivo de la clase obrera y de los campesinos pobres de inmenso potencial revolucionario. Allende y sus promotores Stalinistas dentro del partido comunista chileno pasaron los siguientes tres años refrenando, desalentando y disorientando el movimiento de masa y bloqueando cualquier desafío decisivo a la clase dirigente chilena y al imperialismo americano, mientras que elementos de la derecha y los fascistas preparaban su contraataque. Durante este período hubo seis tentativas fracasadas de golpe por parte de la derecha, la mayoría de ellas con ayuda directa americana.
La implicación de los E.E.U.U. en el planeamiento del golpe, codificado FUBELT, comenzó incluso antes de la victoria de Allende en las elecciones, con planes de acción preparados para la consideración de Kissinger. Un grupo de oficiales que trabajaban bajo la dirección de la CIA llevó a cabo el asesinato de general Rene Schneider, un oficial pro-Allende, en una tentativa fracasada de provocar un pleno golpe antes de que Allende pudiera alcanzar el poder.
Un cable de la CIA del 16 de octubre de 1970, divulgado bajo el Acto de Libertad de Información, explica los objetivos del gobierno de los E.E.U.U.: "es la firme y contínua política que Allende sea derrocado por un golpe .... Debemos continuar generando la presión máxima hacia este fin utilizando todos los recurso apropiados. Es imprescindible que estas acciones sean ejecutadas clandestinamente y bajo seguridad para ocultar bien la mano americana y del USG."
La CIA estableció una organización fascista, Patria y Libertad, dirigida por un antiguo empleado en relaciones públicas de Ford Motor Company, Federico Willoughby McDonald, que se convirtió en secretario de prensa de Pinochet después del golpe. Patrocinó la operación Djakarta, un plan para el asesinato sistemático de líderes del Gobierno de Unidad Popular de Allende. La organización fue así nombrada en honor al éxito más sangriento de la CIA, el golpe militar en Indonesia en 1965, durante el cual 1 millón de personas fueron matadas brutalmente.
Como lo había hecho anteriormente en Indonesia, la CIA ayudó a los militares en Chile a componer listas de gente a ser exterminada. El 10 de septiembre de 1973, día antes de que la junta atacara, los nombres de 3.000 líderes de alto nivel y 20.000 de nivel medio de organizaciones populares -- sindicatos, grupos estudiantiles, grupos de arrendatarios, comités campesinos, grupos de derechos y libertades civiles, partidos políticos izquierdistas -- fueron distribuidas a las escuadrillas de la muerte. Prácticamente todo aquél que no huyó del país fue cazado y asesinado.
 Es así como Estados Unidos dirigió de forma indirecta el destino de nuestro país durante aquella época, usando a una figura militar para este fin.



Una América Latina independiente: La meta de nuestros antepasados
 
El sueño de una América Latina unida para formarse como potencia, se tiene desde inicios del siglo IXX con las palabras del general Simón Bolívar. Mientras el socialismo, ideología formada por Karl Marx a mitad del siglo IXX ha ido evolucionando y adaptándose, el camarada Lenin, Mao Tse-Tung, Fidel Castro y distintos compañeros intentaron a lo largo de la historia poder llevar acabo esta posición política, sin embargo no todos lograron llegar al final de ella por ser vencidos por el corrosivo capitalismo. En la actualidad, América Latina es un continente donde la riqueza es mal distribuida por lo que sufre de pobreza, pero que puede ver sus sueños de prosperidad en torno a sus nuevos gobiernos de tendencia socialista, entre los que podemos ubicar a los siguientes: Los más “radicales”: En Venezuela, el presidente Hugo Chávez apuesta por un socialismo del siglo XXI con nacionalización de los principales servicios, con la entrega de medios de comunicación a los trabajadores y apostando a la educación y salud con el plan “analfabetismo 0%”.
Por su misma línea podemos apreciar al compañero Evo Morales, que aún se mantiene medio temeroso a enfrentar al Imperialismo pero que ha llevado a medias la nacionalización de algunas empresas aves como en el petróleo o mineras.
Por último, se tienen grandes expectativas en Rafael Correa, recién electo presidente de Ecuador, quien ha manifestado su gran simpatía con Hugo Chávez y Evo Morales.
En la izquierda moderada encontramos a Brasil con su presidente Lula Da Silva, el cual ha demostrado coraje al gobernar, pero no logra ser un líder dentro de la región. Es importante mencionar que entró al poder luego de cuatro elecciones y representa al
Partido de los Trabajadores (PT). Chile y Michelle Bachelet, integrante del Partido Socialista y presidenta por la Concertación, no ha demostrado su compromiso con el pueblo, por ejemplo en el tema de los estudiantes y escolares, pero mantiene estable el país siguiendo la línea del ex presidente Lagos. En Argentina, Kirshner ha demostrado sus lineamientos de izquierda y ha podido fortalecer un país que encontraron en crisis.
Y, por último, Uruguay con Tabaré Vázquez, quien fue una sorpresa para todos pues es el primer presidente de izquierda de este país y podemos considerar que elabora un buen trabajo. Por otro lado tenemos a los conservadores: En paraguay, el presidente entró al poder por uno de los partidos conservadores de dicho país, sin embargo ha tenido chispazos de solidaridad con el pueblo, por ejemplo al rechazar el ALCA y simpatizar con su homónimo venezolano, pero muestra su conservadurismo y entrega al Imperialismo permitiendo tropas estadounidenses en la zona de de triple frontera para trabajar en conjunto con su ejército. En Colombia no hay mucho que esperar más que un país que se vende al imperio y busca un desarrollo individual egoísta. En Perú el presidente muestra su gran apego al Imperialismo y su poca solidaridad con el pueblo
manteniendo una renta básica, no renegociando contratos mineros, privatizando empresas y atentando contra los derechos humanos.
 
 
 
 
Presidente                                  País                                  Postura
Hugo Chávez                          Venezuela                            Izquierda
 Rafael Correa                            Ecuador                             Izquierda
                 Álvaro Uribe                            Colombia                            Derecha
      Alan García                                 Perú                             Centro derecha
 Lula da Silva                              Brasil                                Izquierda
 Néstor Kirshner                       Argentina                            Izquierda
 Evo Morales                              Bolivia                              Izquierda
Michelle Bachelet                       Chile                                Izquierda
Tabaré Vázquez                        Uruguay                             Izquierda
                 Nicanor Duarte                         Paraguay                            Centro
 
 
América Latina tiene que aprender a que es un continente lleno de riquezas que con un manejo inteligente del Estado y sin empresas privatizadas, podría explotar de mayor forma, permitiendo el desarrollo de la región tanto económico como social, logrando salir de la pobreza en la que vive y no dependiendo de los imperios que sólo buscan aprovecharse de los indefensos. La economía no puede estar enfocada en forma macro para las grandes transnacionales y que el pueblo espere el chorreo para recoger las migajas de los ricos, no puede estar en manos de empresas privatizadoras que no cuidan el medio ambiente, que tienen una visión inmediatista y no se preocupan por otra cosa que llenarse los bolsillos de dinero, no se puede permitir que el proletariado y campesinado siga siendo explotado y viviendo en las más ínfimas condiciones mientras otros despilfarran dinero como si el mundo fuera perfecto. La brecha entre ricos y pobres cada vez es más grande y la clase media está desapareciendo por la mala distribución de ganancias pues se han vendido los países de forma irresponsable al capitalismo. Cuando el continente se unifique y establezca una moneda única, desarrolle tratados de negociación interna y negocie tratados de libre comercio como un solo bloque con países desarrollados, promueva la salud y educación de calidad, respete y aproveche la multiculturalidad de los países y pueblos, deje de ser productora de materias primas e inicie un camino de desarrollo con tecnologías modernas y nativas, trabaje al servicio del pueblo, recupere las empresas para el país y el soberano pueblo, es que podremos estar hablando de verdaderos avances pero por ahora tenemos que seguir soñando y esperar a que los presidentes asuman una verdadera posición frente al imperialismo y asuman posturas como la venezolana para trabajar en conjunto y lograr la unión bolivariana. Mientras, el pueblo tiene que demostrar los nuevos auges revolucionarios que agitan la región y todos al grito de “y sí queremos y sí nos da la gana América Latina socialista y soberana” tenemos el encargo de ejercer nuestro rol de ciudadanos y apoyar y vigilar a los gobiernos para salir adelante en conjunto y formar el sueño de Bolívar.
 
 




JUGANDO CON FUEGO: ESTADOS UNIDOS, IRAK, IRAN :
Cuando se es un país poderoso, es difícil no jugar con fuego. Pero el régimen de Bush ha sido particularmente temerario. Tomemos por ejemplo el triángulo Irán, Irak, Estados Unidos. La historia es bien conocida. La primera famosa intervención de la CIA en alguna parte del mundo ocurrió en Irán, allá en 1953. Irán tenía un primer ministro llamado Mohamed Mossadegh, político, laico y de clase media, que tuvo la audacia de nacionalizar el petróleo iraní. El shah irani se fue al exilio. Gran Bretaña y Estados Unidos estaban bastante descontentos con ello y respaldaron, de hecho inspiraron, un golpe militar para arrestar a Mossadegh y reinstaurar al shah en su trono. A partir de entonces, el Irán al mando shah se volvió un cercano aliado de Estados Unidos.
 
Finalmente, en 1979 el régimen del shah fue derrocado por un levantamiento popular y de nuevo el shah se fue al exilio. Esta vez las fuerzas dominantes no fueron los nacionalistas laicos, sino militantes islamitas dirigidos por el ayatollah Ruhollah Khomeini. Se proclamó una república islamita. En el lapso de un año, los militantes iraníes tomaron la embajada estadunidense y mantuvieron prisioneros a quienes hallaron dentro por 444 días. Sobra decir que Estados Unidos se molestó bastante una vez más. Irán proclamó a Estados Unidos "el Gran Satán", y a su vez este ultimo país consideró a Irán enemigo total. El intento del presidente Carter por liberar por la fuerza a los prisioneros de la embajada resultó un fiasco. Y el presidente Reagan los sacó sólo porque hizo un acuerdo secreto mediante el cual regresó activos iraníes congelados a cambio de su liberación.
Estados Unidos decidió que la mejor manera de lidiar con los iraníes era animar al presidente de Irak, un tal Saddam Hussein, a invadir Irán, lo que hizo en 1980. Por supuesto, Irán es, en gran medida, un país musulmán chiíta. E Irak tiene gran cantidad de musulmanes chiítas que no obstante se veían impedidos de participar del poder por los políticos árabes sunnitas desde la creación de Irak como Estado soberano moderno. En 1983, Reagan mandó a un tal Donald Rumsfeld como enviado especial a reunirse con Saddam Hussein, para animarlo en sus esfuerzos de guerra, para ofrecerle formas de asistencia directas e indirectas (incluidos algunos elementos de guerra biológica), para retirar a Irak de la lista estadunidense de estados que apoyaban a grupos terroristas y en general para mimar a Saddam. La guerra entre Irán e Irak duró ocho años, fue extremadamente costosa para ambos bandos en bajas y en dinero, y finalmente terminó por desgaste, con las tropas de vuelta al punto de partida. Fue una tregua militar pero, por supuesto, la enemistad política persistió.
Como sabemos, Saddam Hussein se vio en dificultades para pagar las deudas que había contraído con el fin de emprender esta guerra, en especial las enormes deudas de Irak con Kuwait y Arabia Saudita. Decidió cancelarlas y satisfacer los añejos reclamos nacionalistas en una sola arremetida, invadiendo Kuwait en 1990. Ahora, por fin, Estados Unidos se puso en contra de Saddam Hussein y encabezó una coalición autorizada por Naciones Unidas para sacar a Irak de Kuwait, entre otras cosas, con el respaldo tácito de Irán. La guerra llegó a su fin con varias clases de traiciones.
Saddam había enviado mucha de su fuerza aérea a Irán para protegerla de los bombardeos estadunidenses. Después de la guerra, Irán se negó a regresar los aviones. En Irak los chiítas se rebelaron contra Saddam Hussein, durante la guerra del Golfo, pero Estados Unidos rehusó ayudarlos después de la tregua con Saddam. Eventualmente, Estados Unidos puso, en efecto, una zona sin navegación aérea sobre las aéreas chiítas -muy tarde, sin embargo- para evitar que Saddam cobrara venganza de los rebeldes chiítas.
Todos quedaron algo insatisfechos con la tregua de facto instaurada entre 1991 y 2001. Los neoconservadores en Estados Unidos sintieron que su país estaba humillado por el hecho de que Saddam permaneciera en el poder. Hussein no estaba contento por el boicot económico encabezado por Estados Unidos y por las limitaciones a la soberanía iraquí, decretadas por Naciones Unidas, concernientes a la venta de crudo. Los chiítas iraquíes (y los kurdos) estaban insatisfechos, porque Saddam seguía en el poder y Estados Unidos los había abandonado. E Irán estaba descontento porque Saddam seguía en el poder, porque los chiítas iraquíes seguían sufriendo y porque Estados Unidos era aún una potencia demasiado grande en la región.
Cuando ocurrieron los ataques del 11 de septiembre, los neoconservadores vieron la oportunidad de hacer que Bush se enfocara en una guerra contra Irak. Como sabemos, la invasión ocurriría, finalmente, en 2003, y resultó en el derrocamiento de Saddam. En ese entonces, George W. Bush denunció al "eje del mal" -trío formado por Irak, Irán y Corea del Norte. Estados Unidos había decidido ponerse al mismo tiempo en contra de ambos regímenes, el iraquí y el iraní, pero tomar primero Irak militarmente. Es bastante claro que en 2003 el régimen de Bush consideraba que emprenderla contra Irán sólo era cuestión de tiempo.
Lo que Bush parecía esperar en 2003 era que Estados Unidos podría instalar, bastante rápido, un régimen amigable en Irak, para luego proceder a forzar un duelo contra Irán. Lo que no esperaban era que existiera un movimiento de resistencia bastante poderoso, uno que ahora parecen no ser capaces de contener seriamente. Lo que no esperaban era que los chiítas ejercieran una eficaz presión política para efectuar elecciones pronto, que daría a los chiítas una mayoría en el gobierno. Lo que no esperaban era que los militares estadunidenses estuvieran tan extenuados, que no hay manera de que Estados Unidos considere seriamente emprender ningún tipo de acción militar para cambiar de régimen en Irán.
Y lo que menos esperaban es que Irán estuviera en posición de ser el gran ganador diplomático en la invasión estadunidense. Consideren lo ocurrido el 15 de mayo de 2005. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, realizó una visita no anunciada a Bagdad, durante la que invirtió su corta estancia en medio regañar, medio rogar al nuevo gobierno iraquí, y todo esto es público. Dijo que los iraquíes debía tratar de ser más "incluyentes", palabra clave para dar más espacio a los árabes sunitas en el gobierno. Les advirtió que no debían debaathificar "severamente", es decir, que debían incluir en el poder al menos a algunos de aquellos que simpatizaban con Saddam Hussein. Se supone que Rice piensa que ello minaría la resistencia ante la ocupación estadunidense y haría posible reducir el compromiso de las tropas estadunidenses en Irak (¿sería mejor usarlas contra Irán?). Esta es una curiosa vuelta, que hace que una secretaria de Estado estadunidense ruegue en favor de por lo menos algunos de los ex baathistas. Y hasta donde se puede ver, ante oídos medio sordos. Los análisis del actual gobierno iraquí, o más bien sus prioridades, parecen ser muy diferentes.
Dos días después el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Kamal Khazzeri, arribó en visita de cuatro días, una que resultó mucho más exitosa. Lo recibió en el aeropuerto el ministro de Relaciones Exteriores de Irak, Hoshyar Zebari, él mismo sunita y kurdo, que habló en fluido farsi. Después de tres días, Irán e Irak firmaron un acuerdo para poner fin a las hostilidades entre ambos países, y el nuevo gobierno iraquí concordó con Irán en que la guerra Irak-Irán la había iniciado Saddam Hussein. Ambas naciones renovaron sus críticas hacia Israel. Si Bush piensa que el nuevo gobierno iraquí va a unirse a Estados Unidos en cruzada contra Irán, ese otro miembro del "eje del mal" debe estar mal de la cabeza.
Las relaciones entre Irak e Irán se han normalizado y van en route de hacerse más amigables. No es esto lo que los neoconservadores avizoraban cuando lanzaron una escalada en favor de una "democratización" del Medio Oriente encabezada por Estados Unidos. Cuando las fuerzas estadunidenses abandonen Irak (tal vez más pronto que tarde), Irán seguirá ahí, y (gracias a Estados Unidos) estará más fuerte que nunca

 
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