GUERRA HISPANO-ESTADOUNIDENSE (1898)
La Guerra Hispano-Estadounidense se desató entre España y los Estados Unidos de América en 1898, durante la infancia del rey Alfonso XIII, cuando ejercía la regencia la reina María Cristina, viuda del rey Alfonso XII, siendo presidente del gobierno español Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos, William McKinley.
Este conflicto es generalmente denominado en España el desastre del 98, o Guerra de Cuba y, en Cuba, Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Es incorrectamente llamado también Guerra Hispano-Americana por influencia de la manera en que se lo conoce en Estados Unidos, Spanish-American War.
Sus principales resultados fueron la independencia de Cuba y la pérdida, por parte de España, del resto de sus colonias en América y Asia, cedidas a Estados Unidos, que se convertiría en potencia colonial.
Después de la Guerra Hispano-Estadounidense, Estados Unidos justificó sus acciones con el argumento de que preparaba a las naciones subdesarrolladas para la democracia. La Declaración de Independencia contenía el principio de autodeterminación nacional. En Filipinas, los insurgentes que habían peleado contra el colonialismo español pronto empezaron a luchar contra las tropas de Estados Unidos. Muchos intelectuales, como el filósofo William James y el presidente de la Universidad Harvard, Charles Eliot, denunciaron estas acciones como traición de los valores estadounidenses. Finalmente constatamos que Estados Unidos tuvo su «recompensa» controlando Cuba durante unas pocas décadas.
Pese a las críticas de los antiimperialistas, la mayoría de los estadounidenses creían que el conflicto español había sido oportuno y estaban ansiosos por hacer sentir el poder de Estados Unidos, que comenzó a gravitar cada vez con más fuerza en toda el área del Caribe. El Presidente Theodore Roosevelt propuso construir un canal en Centroamérica, y en 1903 ofreció al gobierno colombiano comprar una franja de tierra de lo que hoy es Panamá.
Al mismo tiempo que Colombia rechazaba la oferta de Roosevelt, se desató una rebelión en el área designada para la ubicación del canal. Roosevelt apoyó la revuelta y rápidamente reconoció la emancipación de Panamá frente a Colombia. Unos días después, el francés Phillip Bunau Varilla, quien viajó a Washington como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la naciente República de Panamá, vendió a Estados Unidos la zona del canal. En 1914, el Canal de Panamá se abrió al tráfico marítimo.
Las tropas estadounidenses abandonaron Cuba en 1902, pero se exigió a la nueva república que otorgara bases navales a Estados Unidos. Asimismo se prohibió a Cuba suscribir tratados que pudieran atraerla a la órbita de otra potencia extranjera. También se garantizó la capacidad de intervención de Estados Unidos en el nuevo estado a través de la Enmienda Platt, vigente hasta 1934. A Filipinas se le concedió un autogobierno limitado en 1907 e independencia absoluta en 1946. En 1953 Puerto Rico pasó a ser un estado libre asociado a Estados Unidos con gobierno propio limitado y sus habitantes recibieron la nacionalidad estadounidense. En pocas palabras, podemos decir que los resutados fueron: El Tratado de París, el cual decía que Cuba ganaba su independencia y España cede Guam, Puerto Rico y las Filipinas a Estados Unidos por 20 millones de dólares. Además el fin de esta guerra dio inicio a otra: La guerra Filipo-Estadounidense.